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PON UN POCO DE HYGGE EN TU VIDA

En Italia, (dónde ya os contamos en el primer post que es dónde yo, Laqui, vivo la mayor parte del tiempo) todos me preguntan como he podido dejar Valencia; su playa y su sol, una ciudad donde el invierno dura un mes y pueden pasar meses sin llover, por Módena. Aquí el invierno es largo y duro. La niebla puede no dejarte ver el sol durante varios días. La lluvia puede durar semanas. Hay nieve sólo de vez en cuando, por lo que cuando nieva a la gente se le olvida conducir y todo se vuelve caótico, pero el hielo en el suelo durante el invierno, es muy habitual.

Lo que poca gente sabe es que mucho antes de venir aquí yo vivía en un sitio mucho más frío que éste. En un pequeño pueblecito holandés llamado Voorschoten. Y ahí sobrevivía al invierno gracias a un modo de vida que yo entonces no lo sabía pero que tiene mucho que ver con una filosofía danesa llamada Hygge.

Mi taza favorita para el té

Como en Dinamarca, el clima de Holanda no invita a la felicidad, pero practican la filosofía del Bienestar (es más o menos lo que podemos traducir por Hygge) dedicando tiempo a pequeños detalles que otorgan calidez y vuelven los días más especiales. La esencia del Hygge reside en crear una atmósfera cálida y en disfrutar las pequeñas buenas cosas de la vida con la gente que apreciamos.

Tengo dulces recuerdos de Holanda. Todas las semanas se compraba un ramo de flores para decorar la casa… al atardecer encendíamos algunas velas… como SIEMPRE llueve y hace frío, el clima no invita a caminatas sin rumbo, pero era habitual recibir casi todos los días visitas sorpresa con vecinos que traían dulces hechos en casa… Cuando el día se volvía estresante se paraba cualquier cosa que se estuviera haciendo para preparar un té calentito y disfrutarlo con calma con las galletas más deliciosas que hubieran en ese momento en la despensa.

Todos esos recuerdos superan a todas las cosas que hacían la vida algo difícil; me costaba aprender el idioma y eso hacía que fuera complicado hacer amigos. En aquella época no había ni skype, ni whatsup, ni Fb, por lo que echaba mucho de menos a mis familiares y amigos. Una creciente adicción al chocolate hizo que mi talla aumentara de varios números.

Ha pasado el tiempo y después he vivido en muchas otras ciudades, cada una más diferente que la anterior, pero intento poner siempre un poco de Hygge en mi vida con lo que hacer que todo se vuelva un poco más agradable y feliz.

Cocinar juntos y aprender nuevas recetas es mucho más agradable.

Estos son los diez consejos para añadir la filosofía Hygge a tu vida:

  1. Apaga las luces y enciende las velas. Por la misma razón que las enciendes para celebrar los cumpleaños, enciéndelas para celebrar un momento íntimo y especial del día a la vuelta del trabajo.
  2. Escoge lámparas cálidas que relajen. Puntos cálidos de luz repartidos por la casa harán tu hogar más reconfortante.
  3. Crea tu rincón. Escoge un pequeño lugar de la casa y hazlo tuyo y especial; con una manta calentita, un cojín cómodo. Tu lugar donde relajarte, disfrutar de un buen libro, de la música o un simple té.
  4. Rodearse de objetos con significado. Para convertir tu hogar en un lugar donde refugiarse del trabajo y del hostil mundo exterior tienen que haber detalles con significado: una manta calentita tejida por tu abuela, una taza favorita donde tomar un café, una libreta especial donde tomar apuntes o donde escribir un diario…
  5. No quedes sólo para comer, sino también para cocinar. La esencia del Hygge es convertir en especial la cotidianidad de cada día. No es lo mismo cocinar con prisas uno sólo para que la comida esté lista a una hora exacta, que cocinar juntos la cena con calma jugando a ser grandes Chefs.
  6. Mantén la conexión con la naturaleza. Consume alimentos de la temporada, de modo que las comidas vayan variando durante los meses y se celebre así el cambio de estación. No te quedes encerrado en casa, no tengas miedo al frío; disfruta de los paseos, de la lluvia, de un café en el balcón. (Recuerda que la gripe no se contagia en los espacios abiertos, si no de estar todos con los virus en espacios cerrados)
  7. Ponte cómodo y crea un buen ambiente. Zapatillas de ir por casa blanditas, un jersey calentito, un chocolate calentito para ver una película. Coloca el mantel y pon la mesa como toca aunque vayas a comer solo.
  8. Pasa tiempo de calidad. Contribuye a crear recuerdos y experiencias. Organiza un día al mes para jugar a juegos de mesa con los amigos, preparar galletas con tus hijos.
  9. Evita todo lo que pueda romper ese estado de relax. No se trata de evitar conversaciones en las que se puede no estar de acuerdo y que generen crispación si no en desconectar los móviles y olvidar los videojuegos. Apaga la televisión. Intenta no llevarte el trabajo a casa. Deja el estrés a parte y disfruta de tu refugio
  10. Las cosas funcionan mejor en Petit Comitè. Queda con pequeños grupos de amigos con los que disfrutar mejor de la conversación sin que se creen varios grupos. Todo será más relajante. Podéis encontrar varios libros sobre el Hygge para profundizar más en esta filosofía.

Nosotros en Atipik Fabrik intentamos todos los días crear objetos especiales para hacer un mundo más bonito. Objetos de papel que nos separen de vez en cuando de la tecnología, para redescubrir el placer de escribir a mano. Ilustraciones con historia que para alguien tengan un significado especial y haga convertir una taza en aquella indispensable para afrontar un lunes por la mañana.

Nosotras intentamos, diariamente, inspirarnos de esta filosofía para crear nuestros productos. En nuestra web y en nuestra tienda encontrarás láminas originales, hechas con acuarela o lettering, para decorar la pared de tu casa o de alguien especial a quien se la regales. Diseñamos personalmente cada una de las cosas que verás en el escaparate, y sólo esperamos que te emocionen tanto verlas como a nosotras crearlas.

Láminas decorativas para hacer de nuestro hogar un lugar especial.
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